Por Paladio Melchor Espinoza.

Cuentan los abuelas/as que hace mucho tiempo en nuestra geografía de Quetzaltepec existía los Teky tyu’uk ja’ay, estos seres merodeaban el contorno de la civilización Quetzaltepecana y se burlaban de las debilidades de sus habitantes. En nuestra comunidad de Santa Cruz Condoy existen dos leyendas sobre las aventuras de los teky tyu’uk ja’ayëty con nuestros antepasados.

Narración 1

El Teky tyu’uk era un ser que apreciaba enormemente la belleza de las mujeres, y hacía cualquier cosa por tenerla a su alcance. Cuentan que el Teky tyu’uk era un ser demasiado astuto y cauteloso, él vigilaba ordinariamente las actividades que desempeñaba los hombres para aprovechar y conquistar a sus mujeres.

Relatan que el Teky tyu’uk visitaba a las mujeres cuando los esposos salían al campo a trabajar, según la memoria de nuestros abuelas/as el Teky tyu’uk se transformaba a imagen y semejanza de los esposos para así engañar discretamente a sus esposas. De ahí que el Teky tyu’uk iba en la casa de la mujer con mucha seguridad y confianza, él le decía a la mujer –su esposa– que decidió no ir a trabajar y, que solamente quería descansar, comer y dormir con su mujer, y la esposa se sorprendía por el retorno de su marido pero nunca cuestionaba su decisión.

Entonces, la mujer comía y dormía con el Teky tyu’uk durante el transcurso del día; le preparaba su comida y, cuando entraba la tarde su esposo –el Teky tyu’uk– comentaba que iba a salir un rato a trabajar en el rancho para cerrar el día. Después de salir el Teky tyu’uk de la casa de la mujer, llegaba el verdadero marido hambriento y sediento. La esposa se sorprendía, no entendía del por qué su esposo tenía hambre si le había dado de comer y que apenas se había ido de la casa, también el hombre se asombraba sobre los comentarios que su esposa le decía, él pensaba cómo puede ser posible, sí estuve trabajando todo el día en el rancho.

Dicen que las travesuras del Teky tyu’uk duró varios años hasta que un día llegó a engendrar un hijo de piel blanca y con ojos azules en una familia que le era imposible engendrar hijos, el esposo amaba incondicionalmente a su supuesto hijo, pero a los quince días el bebe se convirtió en agua en los brazos de su madre, fue así cuando la familia se dio cuenta que era el Teky Tyu’uk que se estaba aprovechando. Ante dicha experiencia, las familias Quetzaltepecanas se dieron cuenta de las travesuras del Teky tyu’uk y jamás se dejaron engañar de nuevo.

Narración 2

Narran los abuelas/os que el Teky tyu’uk cuando visitaba a las familias, él le gustaba quedarse sentado al lado de la fogata para calentar su ombligo con el pretexto de espantar el frio que moraba en su cuerpo. Al estar calentado su ombligo, robaba a las personas, llevándolas a la montaña más alta, a la copa del árbol más grande y frondoso o en la cima de un peñasco alto. Las personas robadas nunca se daban cuenta como habían llegado en dicho lugar, mientras algunos desconocían su paradero.

Después de muchos años de desapariciones, las familias Quetzaltepecanas descubrieron las travesuras del Teky tyu’uk y consensaron una estrategia para darle una lección de vida. Dicen que un día llegó el Teky tyu’uk en la casa de una familia como comúnmente lo hacía, al darse cuenta la mujer, subió una olla con agua para hervir. El Teky tyu’uk se dio cuenta y le preguntó a la señora ¿Qué vas a hacer? La mujer le respondió que iba a cocer unos frijoles para la comida y, al llegar en su punto de ebullición el agua, la mujer le echó agua caliente al Teky tyu’uk, al recibir el impacto salió saltando con un solo pie de la cocina diciendo “toytsyok, toytsyok, toytsyok, nëëjotsy, nëëjotsy, nëëjoty” que sginifica “quiero sanar, quiero sanar, quiero sanar, agua, agua, agua”.

Para ir cerrando, la palabra “Toytsyok” solamente (creo) se usa en la narración de esta leyenda, no es de uso común. También pensaba que la narración dos explica la naturaleza de los Teky tyu’uk ja’ayëty, pero con la publicación de Félix Reyes en su muro se puede complementar y complejizar la existencia de estos seres.

Foto: Crystal Herrera, Zacatepec, Mixes.

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