Hubo un tiempo, que los estudios sobre los mixes se abordaron sobre estructuras construidas en otras partes, por ejemplo: para la creación del Ayuuk Jä´äy se tomaron, muchas veces, parámetros que existen en el Popol Vuh, el libro sagrado de los Mayas; entonces, dijeron que hubo un primer hombre y mujer Ayuuk de oro, que posteriormente, debido a su altanería los dioses los destruyeron e hicieron uno de madera, pero vino una gran lumbre que a todos consumió; finalmente todo quedó en ser hechos de maíz, que es la figura del actual Ayuuk jä´äy. Es decir, las nuevas generaciones se fueron construyendo sobre las ruinas de sus ancestros.

Estaban en terrible error; los Mixes no descienden de los antiguos mayas como para buscar por ahí el hilo de su aparición sobre la tierra. No, los Mixes tienen su propia historia, y ésta aun se narra en muchas comunidades, pero, como no coincide con los pilares de las grandes “civilizaciones”, entonces, nomás no llama la atención.

También se les ha tratado buscar origen con algún pasaje bíblico, en especial con el diluvio, o la torre de Babel; y, tercamente, basados en esos caprichos intelectuales han forzado, en muchas ocasiones varias relaciones sociales y cósmicas con explicaciones vanas e ilógicas.

Los Mixes sabemos, que antes de nuestra actual consideración humana nos precedió una larga historia de intentos de creación propias del mundo Ayuuk, y qué ésta no le pide nada a las demás culturas para explicarse: antes del sol, Xëëw, existió Jayxyëw (Venus, o el ancestro del sol); antes de los Jä´äy (personas), ya habitaban esta tierra los Pa jä´äy (las gentes salvajes o deformes) y dentro de estos encontramos a los Teky tyu´uk jä´äy, “las gentes de una sola pierna”.

Nayuujk presenta en este número, dos historias que dan cuenta de los primeros intentos divinos por configurar a la actual especie humana Ayuuk. Interesante: la configuración de los actuales humanos nunca fue sentada sobre las cenizas de los «Pa Jä´äy», los primeros pre humanos; al contrario, fuimos y somos la extensión de ellos, y qué, parados en la línea del tiempo y espacio sagrados, convivimos y nos mezclamos sin tanto problema, como sí lo tuvieron en otras culturas: destruir a los primeros, para qué, con sus terrones volver a construir otra especie.

Maravillosa es nuestra historia, la de los pueblos Ayuuk.

Foto: Crystal Herrera. Vista desde Zacatepec mixes a la montaña de la mujer dormida.

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