No hay ninguna descripción de la foto disponible.
El maestro Giovanni (el segundo de derecha-izquierda, con un saxofón en la mano) y sus compañeros de generación, con tan sólo 10 años de edad ya prestaban servicio comunitario y representaban al pueblo de Alotepec. Junto a él el maestro Tomás Vargas Gris.
Foto: Rey David Reyes.

Giovanni Mateos es uno de esos jóvenes que fueron repuntando dentro del mundo de músicos mixes: El árbol que no se pierde dentro del bosque. Perteneciente a la generación del año dos mil, fue alumno del Maestro Joaquín Ortiz Rubio, con el que nos dice, aprendió a conocer el nombre de cada una de las notas, su posición en el pentagrama, que complementó con algunas lecciones del método de Hilarión Eslava, pues, que sólo alcanzó a entregar 21 de las 58 tareas que viene en ese método; desde entonces, la música forma ya parte de su andar.

Sin imaginar que el pueblo lo estaba encaminando hacia su vocación, el solfear a tan corta edad fue, en un inicio, un acto de obediencia a las autoridades del pueblo que pedían que todo padre, toda madre, tenía que enviar a sus pequeños a la Escoleta para que aprendieran a leer las notas musicales de manera obligatoria. A Giovanni, en un primer momento, se le asignó el Saxhor Alto como instrumento, y en los ensayos estuvo poco tiempo con él, ya que se le reasignó el Sax Alto, con el que permaneció muchos años; años más tarde, el Maestro Tomás Vargas Gris tomó en sus manos a la Banda Municipal, quien le aportó más elementos musicales propios de un músico tradicional.

A mas de 20 años desde su primera lección, Giovanni nos comparte su experiencia de ser músico, pero, sobre todo, su experiencia como compositor, pues varias de sus composiciones andan de pueblo en pueblo de la mano de cualquier banda mixe, haciendo bailar y gozar tanto a niñas y niños, como a jóvenes, adultos, ancianas y ancianos ayuuk; pues, sin imaginárselo, una de sus composiciones “fiesta alotepecana” gustó mucho al público desde la primera vez que la interpretaron en una “mano vuelta”, que la gente ya la reclamaba donde quiera que fuera la banda de Alotepec. Y dato importante: los músicos son como los cuenta chistes, chiste que escuchan y saben que es bueno, chiste que se lo aprenden, y después lo andan contando por doquier. Así pasó con “fiesta alotepecana” que después no sabe como, pero ya de repente se interpretaba en las fiestas de otros pueblos, haciendo bailar a los de Cacalotepec, a los de Tama, a los de Atitlán, a los de Zacatepec, a los de Cotzocón, a los de Ayutla, a los de Chux, a los de Quetzal, a los de Mixistlán, a los de Totontepec… Por eso decimos, que los mixes tienen un talento innato de escuchar música y comprenderla desde la primera interpretación, con nomás escuchar un hilillo de una melodía, estos la atrapan con el oido, saben en que tono está, y después como quien escribe una carta ya conocida  plasman de corrido en el pentagrama el sonecito, y un día cualquiera llegan al ensayo, y dicen ante los demás músicos: “compañeros, en la recepción de bandas de tal pueblo tocaron una melodía bien bonita, hoy vamos a ensayarla, tomen cada quien sus hojas y echenle un ojo. En una hora ya debe de estar esta rola…”

¡Dios y padre mío, que talento ser músico!

Dejamos el ling de “fiesta alotepecana” para que la disfruten, y despues, compartimos con mucho gusto la entrevista que le hicimos.

Saludos.

Fiesta alotepecana:

https://www.facebook.com/edgar.reyes.5209000/videos/1043168846627794/?mibextid=Nif5oz.

Nayuujk: Maestro, ¿cómo compone usted sus melodías, como es que la va hilando?:

Giovanni: Pues mira, es muy curioso, hay veces en que ha quedado un inicio de la melodía por días y luego la retomo otro día, para pensar cómo seguiría o qué más empatarle, lo que me ayuda mucho es la grabadora de voz del celular, allí puedo grabar una idea o frase musical de inicio, y ya cuando quiera empatarla la vuelvo a escuchar y es cuando pienso lo que sigue, y así hasta convencerme de que ya quedó, en ese proceso a veces llego a tardar 20 o 25 días,  dependendiendo. Regularmente yo compongo puros jarabes, sones o cumbias, casí no le entro a los boleros, oberturas, marchas, pasos dobles, danzones, fantasías o fúnebres…

Nayuujk: ¿Hay un ruido, una frase, una vista que lo provoca?

Giovanni: Sí, ese ruido proviene de mi misma boca al chiflar, de repente estoy acostado y empiezo a chiflar y es allí cuando me sale una idea musical que surge de repente, la cual acompaño con mis pies o manos, así comienza una nueva pieza, regularmente 8 compases de 6/8 (seis octavos) bastan para iniciar el comienzo de una melodía, de allí la repito una y otra vez hasta tenerla lista, y la grabo con mi celular, cuando dispongo de tiempo para continuarla la vuelvo a escuchar y a pensar lo que debe seguir.

Nayuujk:¿Hay, como a los poetas, una palabra que lo erige?

Giovanni: Yo creo que lo que erige la melodía es mi imaginación, me imagino a gente alegre bailando, gente diciendo:»esto se oye bien, chingue su madre ¡voy a bailar!». Cosas así, gente que apenas está escuchando algo y luego luego le provoque meterse a bailar y disfrutar la música, esa imaginación es la que hace que elija las frases e ideas musicales más ideales para dicho objetivo, el objetivo de querer «hacer bailar a la gente» me mueve mucho. Creo que eso es lo que erige mis melodías poco a poco hasta culminar una.

Nayuujk: ¿Hay un sentimiento que se impone al componer?

Giovanni: Desde luego, la mayoría de las piezas que he logrado hacer, contienen inmersos sentimientos como euforia, alegría, felicidad, entusiasmo, fascinación, es decir, lo referido al disfrute y diversión. Pero, también hay piezas como “Pérfida”, “Corazón”, “amorcito fugaz”, “corazón enamorado” que contienen sentimientos de tensión, angustia, preocupación, intranquilidad, desamor, confusión tristeza o melancolía.

Nayuujk: ¿Cómo y cuándo compone el Maestro Giovanni Eligio?

Giovanni: Es algo espontáneo cuando llegan las ideas musicales, de repente salen, puedo estar viajando, caminando hacia algún sitio, incluso, estando acostado a las 3 o 4 de la mañana… es algo repentino, eso sí, si no está mi celular a la mano podría olvidar la pequeña idea musical, me ha sucedido, pero sí no hay hora ni plan para componer, simplemente llega, me pongo a chiflar y a seguir el ritmo con mis manos, imaginándome cómo podría seguir o cómo podría escucharse mejor.

Nayuujk: ¿Cómo ha influido tu padre, Jesús Mateos, y como el maestro Tomás Vargas Gris?: Giovanni:De Jesús Mateos he aprendido que las cosas deben quedar bien hechas, no importando cuánto tardes y cuántas veces hayas modificado, ser paciente, hacer las cosas con tranquilidad y con amor, me ha ayudado eso cada vez que una pieza se va formando poco a poco. Del Maestro Tomás Vargas podría decir que es todo un “Mounstro de la composición”, pues abarca diferentes ritmos y ha hecho éxitos, es decir, pieza que haga – pieza que guste y agrade. No importando el género musical que elija. Pero, en mi caso, siento que mi estilo de hacer jarabes, sones y música para bailar viene de otros maestros a quienes admiro mucho por el «sabor» que le ponen a sus piezas, a la cabeza podría colocar a Rito Marcelino, Lico Carrillo, Gilberto Baltazar, Andrés Reyes, por mencionar a los que Giovanni Eligio escucha por la misma razón que antes mencionaba, oigo sus piezas y digo: “Qué sabroso se oye eso, quiero bailar. Cuando sea grande, quiero componer como ellos…”

Nayuujk: ¿Qué se siente subir al banquillo para dirigir?

Giovanni: Para mí ha sido el máximo logro musical hasta el momento, el 3 de mayo de 2022 fue la primera vez que tuve el honor de subir a dirigir en la Audición musical de la Fiesta Grande ante más de 200 músicos, y dirigiendo una pieza a quien le debo mucho respeto: «Fiesta Alotepecana», que es mi primera pieza que hice en 2007, más o menos durante el mes de enero, en Cacalotepec. La estrenamos en la fiesta del 1er viernes, que andabamos de “mano vuelta” alla, y pues, al mostrarsela a mis compañeros de la banda dijeron que se escuchaba bien, razón por la cual la ensayamos bien, y una vez ya bien armada, la tocamos en una recepción que tuvimos en Chuxnabán. La sorpresa fue que en la fiesta nuestro pueblo, 3 de mayo, la banda municipal de Cacalotepec ya la tocaba, la habían copiado de oido. Cabe mencionar que, en ese entonces, musicalmente no era lo que soy ahora, porque no tenía el conocimiento de escribir partituras, ni de leer partituras, ese son lo llegamos a tocar gracias al talento de los maestros Leobardo (uno de los mejores trompetistas que ha tenido Alotepec) y Abel Maximiano, así como a cada uno de los compañeros de la Banda, pues con solo «dictarles» las notas pudimos «armar» el son. Y así, hasta tenerlo completo.

Subir a dirigir a una banda filármonica parecer ser algo sencillo para músicos actuales, incluso los de poca edad, como por ejemplo, Mireya Bravo, Andrés Sebastián, Fernando Reyes, Kopk Reyes, que han pasado a dirigir en la Audición sin sentirse presionados ni nerviosos; en mi caso fue diferente, la vi muy difícil, pero sobre todo muy importante, muy especial, algo que no imaginé que pasara, por eso digo: ha sido lo máximo musicalmente para mí, ya que nunca había tenido el honor ni de dirigir a una banda, ni a la misma Banda del Pueblo.

Nayuujk: ¿Y como fue que seleccionaron su obra para la audición musical?

Giovanni: En Estancia de Morelos, en un baile, Amadeo Antonio, uno de los “capillos” me comunicó esa noticia, de que debía proporcionar una pieza musical la cual sería tocada y dirigida por mí mismo en la audición musical. En ese momento lo tomé como broma, y al preguntarme que cuál sería la pieza, le dije que sería “Fiesta Alotepecana”, y cuando me dijo que por qué esa, respondí que porque fue la primera que hice, y por la que músicos de otros pueblos como Cacalote, Chux, Juquila, empezaron a hablarme y a conocerme, y que sería esa pieza, la cual está inspirada en la multitud, el disfrute, el baile y la diversión que invade a cada uno que está presente en la Fiesta Grande de Alotepec. No está de más mencionar que el título de la pieza fue pensado por mi gran amigo y compañero de sección en esos tiempos (2006 2007) Gabriel Rodríguez, alias el “Latk”, pues, cuando en una ocasión le comenté, “amigo, hice una pieza, pero quiero que tenga un nombre así ‘mamalón’, y no sé cómo ponerle, algo que se oiga grande, y que identifique al pueblo…”, fue entonces que en menos de un minuto respondió: Pues, ponle “Fiesta Alotepecana”. Y así se quedó. Ahora, volviendo a la audición musical: no te imaginas que fue lo que sentí haber oido tocar a más de 200 músicos mi pieza musical, y más poderla dirigir 15 años después de haberla creado, el retumbar de las percusiones, las tubas tronando, ¡no, no, no! algo muy chido para mí, inexplicable y a la vez increible, creo que es todo lo que puedo decir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *